Una vez definido el negocio y superados los miedos, ha llegado el momento de actuar. Se acaba el tiempo para preguntar “POR QUÉ”, y llega el tiempo para ejecutar los “QUÉ” y los “CÓMO”. Este es el tiempo para avanzar.
Hay tres palabras que permiten activar las fuerzas y dar un salto hacia adelante: Apreciar, Anticipar y Alcanzar (las tres “A”). Vemos a continuación la aplicación práctica de estas palabras en la mente de un emprendedor.
Apreciar los Logros
Para mantenernos psicológicamente estables, hay que reconocer los avances y los logros. No se trata de un truco motivacional. Es una necesidad.
Mirar Siempre al Cliente
No importa cuál sea nuestro producto o servicio. Vendemos experiencias. La única forma de revisar cuál es la experiencia que estamos produciendo es mirando y escuchando al cliente, casi obsesivamente. Debemos apreciar su decisión de seguir o no seguir con nosotros. Ambas decisiones nos entregan mucha información.
Anticiparse al Futuro
Debemos estar permanentemente diseñando y construyendo escenarios futuros. No se trata de avanzar sólo si tengo claridad del futuro. Así no avanzaríamos nunca. Se trata de tener claros nuestros planes A, B, C y D. Si no resulta el primero, saltamos rápidamente al segundo, y así sucesivamente.
Crecimientos Agresivos
El éxito no ocurre, se construye. Si nos preparamos para vender 10 unidades, no va a ocurrir que vendamos 100. Sólo creceremos más si nos atrevemos a más y planificamos para más.
Aprender y Delegar
El emprendedor debe aprender de todo, ya que todas las funciones son críticas, ya sea para crecer o para proteger el crecimiento. Es necesario aprender para diseñar y mejorar. Una vez establecido el mecanismo, hay que delegar.
Programación Efectiva
Todas las iniciativas que enfrenta un emprendedor son caminos largos y complejos. Para avanzar, hay que definir tramos cortos y correr.
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